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Estos grandes pendientes pertenecen al grupo de los "Vincos", por ello compuestos por un aro con charnela que atraviesa la oreja para candar mediante un arponcillo en la argolla del otro extremo del aro. Importante aderezo sobre todo en el Noroeste peninsular principalmente Zamora y León.
De este primer cuerpo cuelga, mediante un asa y una reasa en forma de "S", el segundo cuerpo formado por dos esferas afiligranadas de diferente tamaño unidas por un tramo cilíndrico que suele ir mas o menos labrado.
Las hechuras mantienen un diseño propio de las calabazas con particularidades según el gusto y las modas, mas o menos pezuelos, granos, caramullos o cinchos sogueados intermedios. La esfera inferior se remata con una roseta de la que cuelgan unos adornos en forma de goteras, higas o palomas que reportan a la pieza un valor añadido de protección.
En el interior de ambas esferas puede llevar un textil carmesí que realza el trabajo de la filigrana.
Pese a ser un pendiente de gran tamaño se presenta como una pieza gracil y liviana siempre que en su factura se haya utilizado la técnica de la filigrana manual, esto le proporcionará la ligereza que necesitan incluso para el baile, propiedad que no alcanzan las bastas calabazotas hechas a fundición que suelen alcanzar un peso exagerado y una factura tosca que se observa a simple vista.